domingo, 4 de mayo de 2008

LA CAPILLA DE LA CRUZ, DOÑA ANDREA ORAMAS Y MI MADRE

Martín Falcón (don Martín, como lo conocen sus alumnos) nos dio ayer una lección magistral sobre la capilla de la Cruz, de cuya adscripción a la Iglesia de San Juan acaba de hacer ochenta años. Don Martín es como una enciclopedia del pueblo, lo sabe todo y siempre está disponible para explicarlo. Por él muchos supimos ayer que fue doña Andrea Oramas quien donó el solar. A doña Andrea la conozco por referencias, por estar ligada a la historia familiar por una anécdota amable, que dice a las claras que, antaño, ni los "caciques" lo eran tanto, ni las relaciones eran malas. Antes bien, posiblemente eran mucho más amables de lo que "unos cuantos" pretenden hacer creer, para su provecho, a las nuevas generaciones. Paso a relatar la historia.
Doña Eusebia era la maestra de San José y doña Concha la de La Vera. La maestra de mi madre era doña Eusebia, casada con don Manuel, también maestro . Doña Eusebia era de derechas y don Manuel era de izquierdas, por lo que tras la guerra, fue represaliado y desterrado. Doña Eusebia se quedó. Por lo que mi madre cuenta, doña Concha era más joven y muy aficionada a eventos culturales protagonizados por las alumnas (excursiones pedagógicas, teatro...) por lo que supongo que procedía del malogrado Plan Profesional que fue un plan de formación de maestros, puntero en Europa, hasta que la guerra civil acabó con el progreso pedagógico del país. La suerte fue que doña Concha vivía en San José, en una casa pegada a la casa de los Mesas, frente a la plaza de San José, pero ya en La Pascuala, y para estos eventos contaba siempre con doña Eusebia. De hecho, los ensayos de sus trabajos teatrales y de representación se hacían en esta casa de La Pascuala. Corría el año 42 ó 43. Doña Concha preparó el pregón de la fiesta con un espectcular alarde: las niñas de la escuela lo leerían por los barrios y pueblos limítrofes, a lomos de caballos o yeguas, ataviadas con los trajes de las distintas regiones españolas. Cada una de ellas se describiría según la región que representara. Magnífica lección de geografía compartida. Mi madre tenía que ser una chulapa madrileña. Vencida la inicial resistencia de mi abuelo, al que lo de chulapa no terminaba de convencerlo, vino el problema del atuendo. Posguerra, casa de campo, pocos abalorios, se entiende. Mi madre necesitaba unas enaguas, una mantilla y una peineta. Mi abuelo era un buen agricultor, que comercializaba lo que sembraba, así como la leche de una vaca que tenía. Mi abuela era la encargada de llevarla todos los días a San Juan a sus clientes: don Antonio Díaz-Llanos, el padre de Candidito, y doña Andrea Oramas. Mi abuela, embarazada, enfermó y durante un par de días, mi madre hizo el recorrido hasta San Juan con la leche acompañada por uno de sus hermanos, que era el que iba a suplir a mi abuela para el reparto, para mostrarle el camino. En uno de estos viajes, mi madre aprovechó para preguntarle a doña Andrea por quién podría prestarle, para el evento, una peineta y una mantilla. Doña Andrea le ofreció en préstamo las suyas: una peineta antigua, bellísima, y una mantilla de encaje de gran valor. Unas enaguas antiguas, de telar, de las Reyes de San José (doña Concha, doña Carmen y doña Felicia) completaron el atuendo. Y ahí tenemos a una maestra voluntariosa, comandando a un grupo de niñas de la época en un espectáculo de lujo, que salió para hacer el pregón de una casita, hoy en ruinas, que está en Cabeza Guanche, y que fue un espectáculo que hizo época en la zona: de hecho, el pregón se reprodujo en Icod y otros lugares, demandado por el éxito. Éxito al que colaboraron vecinos de arriba y de abajo de la época, de las que un buen botón de muestra es doña Andrea Oramas (vecina de abajo, desprendiéndose de dos objetos de valor) y las Reyes (vecinas de arriba, de igual manera con las antiguas enaguas de telar).
Así discurría la mayor parte del tiempo la convivencia de la época, amable, colaborativa, pese a que algunos se empeñen en contar hoy en día lo contrario. Así ha sido siempre nuestra gente. Mi agradecimiento a doña Andrea y a las Reyes y a tantas otras personas de buena voluntad que durante mucho tiempo hicieron de este pueblo un lugar hidalgo y noble, caracterizado por la armonía del buen convivir. Que vuelva pronto.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias por tu esfuerzo, valiente. Se lo mucho que te cuesta, tan sólo estar de pie, pero no te quedas en eso, también estas a nuestro lado gracias.

Anónimo dijo...

Está más que comprobado por lo que puedo deducir de este artículo, con Manolo peor que con Franco. Estas maestras hoy en día se estarían extralimitando o no es verdad Fidela , según yo se tu no puedes salirte de tu programación porque te están vigilando, podrías abrirle la mente a más de uno, imagínate proponerles una obra de teatro, a esta gente que desde siempre y se de la mejor tinta, a los grupos folclóricos los subvenciona, pero con el mísero dinero que les da, tienen que hacerles ( o sea no se pueden negar) las actuaciones que ellos les digan, donde les digan, y cuando ellos digan. Esto fue vivido por mí y siempre acompañados por algún concejal/la quien se lleva los honores, vamos a ver concejal/la, tonta del cu..., si el dinero de la subvención es de los impuestos y se da al grupo a cambio de nada, como el propio nombre dice "subvención".
Entérate concejala de cultura por un lado ejerces una represión mafiosa, te doy un dinero a cambio de..., y por otro lado apareces en los actos como si al grupo le hubieses pagado tu solita, la subvención de tu sueldo, que sepas, te lo pagamos también los vecinos, así que no seré yo, de los que vaya a donde tu estas a darte las gracias por nada, en todo caso sería al grupo folclórico, a ver ¿cuando coño han venido ustedes hasta donde yo estoy en cualquier acto de esos, que hacen para pavonearse a darme las gracias, por haber pagado el recibo del agua?.
Por eso digo con Franco, mejor que con Manolo y perdone Fidela no la meta en el contexto, porque con usted las comparaciones si que serían odiosas.

Anónimo dijo...

Felicidades en este día, lo siento por Pedro y por Jose pero yo te siento como una "madre", perdón no me funciona la tecla suprimir y quiero escribir sobre la palabra madre, esta otra "MADRE".

Anónimo dijo...

Cuánto de verdad hay en este escrito. Sería un sueño vivir lo que esta gente de antes vivía con tanta ilusión, ganas, etc por parte de los que tienen el deber. Era lo que le transmitían. Quizas hoy no se llegue a los jóvenes porque no hay iniciativa, por parte de este desgobierno, para motivar a nuestr@s jóvenes a realizar todo tipo de actividad, aunque la concejala de cultura y compañía vengan a reuinirse con los jóvenes. De que vale si después queda en NADA... o por mucho que ellas quieran hacer, ellos son los que deciden, hay que j...
En este pueblo hay grupos de teatro, de música,etc y ni siquiera hacen nada para echarles una simple ayudita, no doy explicaciones ni detalles porque está a la luz del día, la clase de desgobierno que desgraciadamente tenemos. Y para usted doña Fidela decirle que siga en esta línea,que la gente la vemos trabajando, aunque por su cuenta y riesgo, pero que siempre está ahí en todos los actos que se llevan en este pueblo, dando una buena lección a ese desgobierno que ahora la estan imitando, si, he dicho imitando, porque nunca se les había visto en ningun acto organizado por l@s vecnin@s, a los que ellos nunca han puesto importancia, y ahora han decidido estar en ellos. Que pena me da esta gente, y además acompañados por algún allegado, arrastrando con ellas a algun que otro simpatizante. Tengan más personalidad y que no sólo esten ellas en los actos, que den la cara los irresponsables. Ahora nos damos cuenta que estas pobres estan manejadas por los "machistas" de su grupo, siendo ellas tan manejables a sus ordenes que también se declaran "machistas". Digo esto por el artículo que escribió el Sr. Cayetano J. Silva, y que tiene toda la razón. Un fuerte abrazo para doña Fidela y felicitaciones también por su grupo. Que lo estan haciendo muy bien.

Anónimo dijo...

Señor ignoto tiene usted razón en lo de las subvenciones pero quiero decir que ningún grupo debería de dar nada a cambio porque esa subvención es un derecho adquirido en los presupuestos municipàles. En cuanto a que los cosejales que aparecen por los actos el señor perico tiene razón, pero es tanta su desfachatez e hipocrecia que por ejemplo el sábado 3 mientras se realizaba el acto de la Capilla de la Cruz el señor Don Marquitos estaba jugando un partidito de futbol en Las Aguas, así quiere camelarse a los jóvenes del barrio que poco vergüenza tiene ese hombre. Aunque ya que no suda la camiseta y el sueldo que se lleva haciendo su trabajo en el ayuntamiento lo hace en los campos de futbol para pavonearse su palmito de dandy ¡hay que j......!. Don Marcos mandese a mudar con su cuerpo dandy pa otro sitio, aqui no necesitamos metrosexuales sino consejales con dos dedos de frente y con vergüenza.

Anónimo dijo...

Doña Fidela quiero darle las felicidades por el día de la madre, es usted una madraza para todo el pueblo un beso muuuuuy grande, la queremos mucho. Una vecina orgullosa de votar por psoe.

Anónimo dijo...

Estimada Doña Fidela:

Me he emocionado al leer esta linda historia ligada a su familia y recordada por su madre con motivo del Día de la Cruz.

Tanto las maestras de la época como Doña Andrea Oramas son recordadas por su buen hacer y por su generosidad. Pienso que a las personas de nobleza el reconocimiento les sobra. No así será con aquellos que de una manera u otra han sembrado la desconfianza, la malevolencia y el desánimo.

Tanto desatino se verá algún día a las claras sobre todo por aquellos que todavía tienen una venda en sus ojos.

Pienso que muchas historias como éstas, estarán en la memoria de aquellos que las vivieron. Bueno es recordar para no perder nuestra memoria. Sin embargo sabemos que no podemos sólo vivir del recuerdo, pero si nos vale para saber más nuestros lazos de unión, de convivencia, de vecindad... de buen hacer.

A la espera estoy de los buenos tiempos que nos llevarán a todos-as los rambleros-as cuando usted pueda ejercer la labor que otros no han sabido hacer.

Le deseo lo mejor a usted y a su familia. Se lo merecen como cualquier otra. Pero al menos usted está dando la cara por conseguir algo mejor y lo que recibe son tortas de aquellos que intentan ponerle la zancadilla a toda costa.

Le animo a continuar en su línea de respeto, pero desentrañando las marañas que estamos conociendo gracias a usted y a la labor de su equipo.

Gracias también por participarnos esa anécdota familiar desde un punto de vista afectivo y cariñoso.

Seguiré confiando en su labor.