sábado, 31 de mayo de 2008

LA MEMORIA PERDIDA

Ayer murió un vecino de nuestro pueblo, que es un ejemplo de la memoria perdida del mismo.
D. José Álamo fue una persona, como muchas otras, a la que le tocó en suerte vivir más de ocho décadas de la historia última de nuestro país y de nuestro pueblo. De familia le vino el ser un excelente agricultor, maestro en el cuidado primoroso del campo. También el ser una persona familiar, que valoraba por encima de todo la armonía de los suyos.
Pero la historia le hizo ser un personaje de la guerra (cuando debió haberlo sido de la posguerra). Y digo esto porque él fue a la guerra, formando parte de los últimos que fueron reclutados. Es decir, perteneció a la llamada " quinta del biberón", aquellos soldados muy jóvenes, casi niños, de la quinta del 41, que fueron reclutados en las postrimerías de la guerra Civil (a mí me gustaría más que fuera llamada guerra incivil). Estuvo en el frente de Aragón, cuando la guerra ya iba tomando sus últimos derroteros. Y allí D. José, que tenía el espíritu musical que tiene gran parte de nuestro pueblo, aprendió a tocar la guitarra y a cantar jotas. ¡Un canario cantando jotas!. Pues sí, y las cantaba tan maravillosamente, al decir de quienes tuvieron la suerte de escucharlo, que posiblemente lo hacía tan bien, si no mejor, que muchos maños.
En las décadas de los 40 y de los 50, parte de la gente del casco, los que tenían casa en la zona alta, pasaban el verano en San José. No había tele ni nada que no fuera las meras tertulias de unos vecinos con otros. Y en muchas ocasiones, D. José era demandado, y aceptaba gustoso, para que cantara en la plaza pública, donde se reunían los vecinos más cercanos y los otros, que circunstancialmente habitaban sus casas de San José, lo que servía de solaz y de aprecio de todos ellos. ´
¡Qué pena de memoria perdida la de D. José! Se nos va otro libro viviente de nuestro tiempo en nuestro pueblo. Ojalá que todos aquellos que perduran, nos dejen parte de su conocimiento, para orgullo de los que nos sucederán. Descanse en paz.

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