viernes, 2 de mayo de 2008

LAS CRUCES DE MAYO

Mayo es mes de cruces. Desde la conquista, la Cruz ha ocupado un lugar de honor en nuestros pueblos. Cierto que en unos más que otros, sobre todo en aquellos que tienen algún topónimo relacionado con la Cruz. pero en San Juan de la Rambla, pese a no tener ningún topónimo, la celebración de la Cruz tiene un significado especial. Todas las casas, antaño, tenían una cruz. En la casa de mi abuela, en el Camino Atravesado, que hacía y hace de linde entre dos de los Lomos del municipio, el Lomo de La Guancha y el Lomo Blanco de los Carneros (¡qué nombre tan bonito y sugerente!) había, en el antiguo corredor, lamentablemente inexistente en la actualidad, encima de la vieja bodega, una pequeña cruz de tea, a la que nunca le faltaban las flores. Flores del patio de la casa, y a veces flores silvestres, de las trebinas, margaritas... sobre todo no le faltaban flores en estas fechas. Hoy todo es más espectacular, hay más medios y nuestra gente se vuelca en adornar magníficamente "sus" cruces. Cada lugar tiene una. Cada año es una maravillosa sorpresa, sigilosamente callada, el ornato de cada cruz. Multicolores o sobrias, alegres o elegantes, cada año una explosión de maestría y de cariño hace que nuestras cruces luzcan en todo su esplendor, y que nuestra gente pase un día agradable alrededor de cada una de ellas. Felicidades a todas las personas que mañana nos volverán a sorprender con su trabajo, y compartirán con todos los que las visitemos su buen hacer y la hospitalidad que siempre nos ha caracterizado. Sobre todo a los sagüeros y sagüeras, que tienen en la Cruz a su copatrona. ¡Vivan las cruces de mayo!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Doña Fidela, espero verla pasar por mi casa como cada año a visitar la cruz que se enrama en el camino. Tenga la seguridad que la copita de anís o de vino, según usted prefiera,la tendrá y un trocito de biszcochón que hago todos los años. O si prefiere un rosquete también los habrá.Usted sabe quien soy yo porque ya se lo dije de palabra.
Aprovecho que mi nieto me lo escribe.Un saludo.

Anónimo dijo...

Espero con ganas hacer la visita de todos los años a nuestras cruces. Es un ejemplo de imitación que ha pasado de generación en generación y de padres a hijos y de abuelos a nietos.
¡Cuánta razón tiene Dña. Fidela! Es una explosión de alegría y colorido. De sensibilidad y de estética, de imitación y de ancestros.
Nuestras cruces deben seguirse perpetuando, no caer en el vacío, incentivar esta sana costumbre, motivando a los más jóvenes para que participen de la alegría de sus mayores.
Es bueno que en cada hogar las tradiciones se compartan con todos; grandes y chicos. Y en ese compartir y en ese respeto está la educación y la tolerancia de los más jóvenes por sus mayores, por los que no son tan mayores y por ellos mismos. Aunque lamentablemente voy viendo escasez de ello últimamente. Se impone el "ser moderno", aunque los modelos sean los más malos.
No olvidemos que " Pueblo que no mantiene y recuerda sus raíces, no puede tener progreso". Tampoco tendrá historia.
Doña Fidela, al igual que usted me sumo a su sensibilidad y digo. ¡Vivan las cruces!
¡Qué vivan!