GUARROS

La limpieza no tiene precio. Nuestra gente siempre ha sido pulcra, porque lo que no tenían de medios económicos lo podían compensar con limpieza. Un vestido, una casa, una entrada puede ser pobre, porque todos no tenemos posibles. Pero la limpieza no tiene precio. Antaño había que cargar el agua para todo (también para fregar). Y aún así, nuestra gente hacía un esfuerzo de pulcritud. Hoy, con más medios, tengo que calificar de guarros a aquellos responsables (más bien irresponsables) del grupo de desgobierno que permiten, por acción o por omisión, que los locales municipales estén en las condiciones que están. Ya he hablado en alguna ocasión de un local que está en el edificio de Servicios Sociales (¡qué centro socio-cultural magnífico se perdió San José!) al lado de la inutilidad actual del geriátrico non nato, que está a ras de calle y está lleno de basuras.
Pero más grave aún es la situación de los locales que están debajo de la Plaza. En uno de ellos ensaya la Banda XIX de Marzo. La entrada está un poco escondida, por lo que la gente desaprensiva lo utiliza como urinario público (por cierto, a ver si cuando hay afluencia de personas a eventos organizados por el Ayuntamiento recuerdan este pequeño detalle). Todo esto es previsible. Lo que no es previsible es que los ¿responsables? municipales "pasen" del tema y dejen que durante días y días esa entrada, por la que traspasan nuestros músicos (grandes y chicos), nuestros aprendices de músicos (chicos) y sus familiares, amén de algún que otro visitante, esté absolutamente infecta, meada, oliendo nauseabundamente y provocando un riesgo cierto de enfermedades en nuestros jóvenes, que a lo que van allí es a tocar y no a enfermarse.
Así que, y sin que sirva de precedente, voy a perder la compostura habitual y a gritarles a todo pulmón a nuestros concejales desgobernantes: ¡LIMPIEN ESAS INSTALACIONES, GUARROS!