lunes, 17 de marzo de 2008

EL AGUA Y LA DESVERGÜENZA DE AIS-CC

Atrás quedó el tiempo en que, en la casa de mi abuela, al borde de un camino por donde circulaban personas y bestias en elevado número, hacia las labores agrícolas de los altos o desde ellas, hacían una parada en casa de mis abuelos, doña Constanza o de Vicentito (que tanto daba) para pedir, las más de las veces, agua. Agua que no era correinte, sino que había que irla a buscar a la fuente de Los Canarios, Agua límpida, cristalina....agua al fin. Posiblemente así la considerábamos porque no atendíamos a ninguna recomendación de la Organización Mundial de la Salud, ni había normativa al respecto en nuestro país. También es cierto que a los turistas que comenzaban a venir a nuestra isla, en sus lugares de origen, las autoridades sanitarias les recomendaban que no consumieran más que agua embotellada. Pero estamos en pleno siglo XXI. Y en el siglo XXI, en un país adelantado (el octavo en el ranking mundial), lo menos que los ciudadanos podemos exigir es abrir el grifo de agua corriente y que salga agua potable. Y eso no es así en San Juan de la Rambla. No sólo no es así, sino que ni siquiera sabemos en qué condiciones está el agua que bebemos, porque el grupo de gobierno, que es el que debe tener informado a los ciudadanos y el responsable del suministro de agua potable a los mismos, nos lo oculta. Los socialistas hemos llevado a Pleno una moción para que se cumpla una cosa elemental: que el ayuntamiento inste al Cabildo a cumplir el plan hidrológico insular en lo correspondiente a instalación de desaladoras para eliminar las sales del agua, entre ellas el flúor. Ese plan lo incumple el Cabildo desde hace 8 años. Y dijeron que no. Pedimos que se procure, asimismo, que el agua discurra por canales tapados, por el consiguiente peligro que tiene el que lo haga por canales destapados. Y dijeron que no. Pedimos que se instalen procedimientos de cloración automática en los depósitos, para garantizar que el agua que consumimos esté siempre en óptimas condiciones bacteriológicas. Y dijeron que no. Pedimos que se informe puntualmente a los vecinos de las condiciones de potabilidad del agua por zonas. Y dijeron que no. ¿Es posible que la salud de loa vecinos y vecinas les importe tan poco a los que tienen, por ley, que garantizarla? La contestación, al apelar a su conciencia, dado que algunos ediles tienen hijos pequeños, fue que ya procurarían ellos que sus hijos estuvieran a salvo. ¡Vaya desvergüenza de políticos nefastos! ¡Qué sinvergonzonería pública y declarada! ¡Qué pena que los plenos no tengan mayor afluencia de público!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Pues me iré pensando en asistir a esos plenos tan plenos de "sinvergonzonerías", a lo peor se me pega algo y todo. Y lo que es mejor; me saldrían mejor las cosas. Tal es el sino de esos mandatarios." Pórtate mal y saldrás ganando".

Tengo ganas de ver relucir, al menos, LA LEY DE LA COMPENSACIÓN en estos casos. Tanto das, tanto recibes. Pero veo, con gran lastimosidad, cómo esta gente sigue jugando con el pueblo a costa de su nobleza, sin que haya en ellos un poco de moral que les haga pensar y reflexionar. Pero ¿para qué preocuparse del bienestar ajeno si ellos ya se encargan del suyo en particular?.

En tiempo santo como el que nos ocupa en estos días, no me queda más remedio que mirar al cielo y decir : Señor, ¿por qué nos has abandonado?.

Y en mi fuero interno sigo pidiendo para que las cosas cambien, para bien común, para construir juntos, para poder ver otro progreso, para ver este pueblo resurgir, para que los foráneos disfruten con nuestras bellezas, con nuestras costumbres, con nuestras gentes.

¿Qué tendrá la poltrona que tanto les cuesta dejarla?.