LAS FIESTAS DE SAN JUAN

Han vuelto las fiestas. ¡Vivan las fiestas!. Es el momento de la vuelta a la casa familiar, días de compartir con los más cercanos momentos de diversión y de asueto, de departir con familiares y amigos, de recuperar aquello que nos es más querido....
Las fiestas de San Juan tienen una particularidad que las hacen especialmente interesantes. Aparte de llevar el nombre del santo patrono del pueblo, San Juan Bautista, son las que más duran del municipio, porque combinan con los actos festivos propiamente dichos (los clásicos festivales, funciones religiosas, procesiones), actos de tradición histórica perfectamente conservados y preservados por rambleros y rambleras (el encendido del Risco del Mazapé, magnífico, espectacular), otros que se están convirtiendo en actos principales de las fiestas, cada vez más lucidos (el certamen de Bandas) y un interesantísimo aperitivo, la semana cultural, que cada año ilustra a los asistentes con aspectos variados de San Juan o de sus habitantes, para que todos sepamos, una vez pasen las fiestas, un poquito más del pueblo y abundemos en la profundización personal de las vivencias vecinales. Dos libros, dos, se han presentado este año usando ese foro. Aparte de valorar enormemente el esfuerzo y el cariño que los autores han puesto en las páginas que esta semana han visto la luz, sí quisiera lamentar que el ayuntamiento no haya estado al quite de la realización de esas obras, de forma que nos prestigiáramos todos y todas, no sólo por su realización, sino también por la contribución colectiva que supondría su financiación. Y no es que no haya perras, no. Lo que pasa es que en ese dinero destinado por el consistorio a libros, nuevamente se aprecia la improvisación, la falta de planificación y el desconocimiento. además de una contradicción flagrante de ese nacionalismo raro que dicen practicar: más aprecio por lo ajeno que po lo propio, más aprecio por lo que no aporta nada al conocimiento del pueblo que por los trabajos que sí lo hacen. Viendo lo que se suele financiar, parece que lo que ocurre es que alguien, amigo de los ediles gobernantes, les piden unas perrillas y ellos graciosamente se las dan, sin analizar la idoneidad del gasto.
Animo a todos los lectores del blog a hacerse con ambos libros: el de "nuestros abuelos", de José Antonio Oramas y otros, una ingente genealogía dedicada a los apellidos del pueblo, fundamentalmente los de la zona baja (aunque por las múltiples conexiones, los de la zona alta también encontramos allí nuestras referencias), y un librito de topónimos, de Martín Falcón, que me honré en presentar, que recoge una gran cantidad de los topónimos del municipio.
Leámoslos, disfrutemos y démosnos la enhorabuena por el esfuerzo colaborativo de nuestros convecinos, tanto de la esforzada comisión de fiestas, mayoritariamente femenina, como de los autores de los libros presentados. Justifican sobradamente nuestro orgullo de ser rambleros.