miércoles, 4 de junio de 2008

LOS CACIQUES Y EL DERECHO DE PERNADA

El derecho de pernada (en latín, Ius primae noctis y en inglés y francés, traducido, derecho de señor) es un derecho feudal que teóricamente, establecía la potestad señorial de tener relaciones sexuales con toda doncella, sierva de su feudo, que se fuera a casar con otro siervo suyo. Este presunto derecho tuvo vigencia durante la Edad Media de Europa occidental (aunque hay paralelismos en otras partes del Mundo) como componente del modo de producción feudal. El Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española recoge la acepción estricta que acabamos de enunciar, pero también añade una segunda acepción coloquial, más amplia, referente al abuso de autoridad.
Dado que no han aparecido documentos legales acerca de este presunto privilegio feudal, se ha discutido mucho sobre su naturaleza real. Básicamente hay quien acepta que se trata de un derecho señorial tal cual lo define la historiografía tradicional, incluida la agresión sexual en la noche de bodas; otros, en cambio, piensan que era un ritual simbólico de sumisión que se saldaba con el pago de una tasa en especie o metálico y una ceremonia; los hay, por fin, que aceptan que el abuso sexual era un hecho social (no referido a las bodas, aunque sí a la servidumbre feudal), pero no un derecho: más bien el reflejo de la dominación de una clase privilegiada y de la baja consideración que se tenía de la mujer en la época.
En Canarias se prolongó el uso de tal derecho por los caciques hasta prolongado el siglo XX, sobre todo en las islas de señorío, y no en las realengas. En este caso, pertenecer a la corona era una garantía de mejor trato que el recibido por los señores, si bien es cierto que en ciertas zonas, más pobres, sobre todo en el sur, también existió el mencionado derecho en las islas realengas, Tenerife, por ejemplo. No así en nuestro pueblo y limítrofes, donde la posesión de la tierra, aunque fuera poca, del ganado y de un oficio (el de agricultor, en el que nuestra gente es maestra) que desempeñar salvó a las familias del hambre acuciante y les preservó su dignidad. Si se quiere ver el abuso de los caciques que usaron este derecho (una imagen vale más que mil palabras) invito a los lectores que vean la película "Guarapo" de los hermanos Ríos, ambientada en La Gomera.
Las prebendas de los caciques eran el uso de bienes y haciendas de los vasallos como si fueran propias, incluido el tiempo, del que disponían a su antojo (por ejemplo, para que les sirvieran en sus asuntos particulares) y el propio derecho de pernada con las mujeres de los vasallos.
No obstante, considerando que en este municipio nunca existió este derecho y que muy lejos quedan los tiempos en que los caciques usaban y abusaban del tiempo de los vasallos, cualquier parecido de lo que he relatado con respecto al uso y abuso del tiempo de los ciudadanos y del derecho de pernada aplicado a sus mujeres con la realidad actual del pueblo es mera coincidencia.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy sutil, Fidela. Lo he cogido al vuelo.Seguro que nadie del grupo de desgobierno se dará por aludido, porque no habrán comprendido el comentario. ¡Que verguenza, que pena...!

Anónimo dijo...

Fidela, lo cortés no quita lo valiente. Porque los de AIS-CC sean unos maleducados y insulsos, no tenemos que ponernos a su nivel.
Todos hemos tenido las mismas oportunidades para estudiar, solo que hay algunos que sacaron para adelante sus estudios, y otros que no. Pero tanto unos como otros, gracias a la constitución, tenemos la misma dignidad, aunque para el grupo de gobierno de AIS-CC eso de estudiar es una pedantería y una perdida de tiempo.
Siga adelante con su equipo.
A por ellos, que cada vez son menos y mas cobardes.

Anónimo dijo...

Como Pablo de Tarso, me acabo de caer del caballo y lo he visto clarito.

Anónimo dijo...

El comentario está más claro que el agua de este pueblo.