jueves, 21 de febrero de 2008

DE BIEN NACIDOS ES SER AGRADECIDOS (Y LO CONTRARIO TAMBIÉN ES CIERTO)

A veces es triste tener razón. Un acto que normalmente llena de satisfacción personal (qué placer tan íntimo pronunciar esas tres arrogantes palabras: “te lo dije”), en ocasiones se tiñe de dolor, de impotencia, de rabia incluso, por haber fracasado en el intento de minimizar un riesgo o evitar una tragedia. Así nos sentimos muchos socialistas tras el incendio que asoló la parte norte de Tenerife en agosto pasado. Como Casandras condenadas a que nadie creyera nuestras palabras.

En mayo del año 2006, el Grupo Socialista en el Cabildo de Tenerife, del que entonces me honraba ser la portavoz, presentó una moción al Pleno solicitando que se elaborara un plan para la roturación de los terrenos abandonados (que lamentablemente no son pocos) en las medianías de la Isla, y en otras ocasiones, sobre todo durante las discusiones relativas a los planes de defensa frente a las avenidas, insistimos en la necesidad de limpiar los barrancos y las cunetas de la Isla. Defendimos, por cuestiones paisajísticas, agrícolas, medioambientales y también de seguridad, la necesidad de roturar los terrenos que ya no estaban en uso agrario y mantener limpios de basuras y malas hierbas los cauces de los barrancos. Lo más suave que se nos dijo desde las filas de Coalición Canaria en el Cabildo fue que éramos alarmistas; lo más desconcertante, que buscábamos una reforma agraria encubierta.

La primera semana de agosto de 2007 vino a demostrar que los terrenos abandonados y los barrancos sucios son un combustible excelente. Tuvimos que llorar la propagación del fuego a través de terrenos que nadie ara y nadie limpia, a través de barrancos repletos de desperdicios que, según se nos dijo una vez en el Pleno de la Corporación, eran imposibles de sanear. Decir eso es tan fácil como decirle a la gente que ha perdido sus casas que mejor les habría ido si hubieran tenido el entorno de sus hogares limpio.

Sinceramente esperamos que aquella horrible experiencia que vivimos todos con tanto dolor sirva para que se retome aquella vieja idea que (locos y revolucionarios) presentamos en mayo de 2006 y se elabore un plan con el que roturar los terrenos abandonados, amenazados de volverse baldíos, no sólo por los beneficios medioambientales que tal iniciativa conlleva, sino también por las mejoras que la agricultura de medianías de Tenerife demanda. pero un plan serio, no un escaparate para gastar los dineros que a tal plan se destinan en escaparates sin sentido de futuro.

A nadie se le escapa que la situación de la agricultura en la Isla, especialmente en las medianías, es cualquier cosa menos boyante. Es una agricultura que va desapareciendo, y que tampoco encuentra manos tendidas en las que apoyarse para iniciar su recuperación. Para los agricultores, faltan respaldos y sobran burocracias. El exceso de papeleo añade a los campesinos de Tenerife un problema que no necesitan, puesto que el campo y el mercado ya dan suficientes. Y papeleo es lo que se les está pidiendo a nuestros agricultores para la puesta en marcha del tan ansiado, y solicitado por nosotros, plan. Soluciones, eso es lo que pide el campo tinerfeño. Soluciones que enfoquen las medianías con una visión global, integral y de largo plazo. Las pequeñas acciones puntuales están muy bien y salvan muchas papeletas en el hoy, pero del mañana (que llegará implacable) parece que pocos se acuerdan.

Roturar los terrenos puede convertirse en un esencial primer paso, a fin de evitar los abandonos agrícolas, la extensión de las plagas que tanto daño hacen a los terrenos que sí se cultivan, la acumulación de desperdicios que luego alimenten al fuego, y también el deterioro del paisaje natural, que constituye uno de los principales atractivos turísticos de Tenerife. A eso hay que añadirle después el asesoramiento a pie de finca, el aprovechamiento en su plenitud del excelente personal al servicio de las Agencias de Extensión Agraria, recordando que son técnicos y no meros burócratas. Los agricultores les necesitan cerca de sus explotaciones, no cuñando documentos.

Ahora, meses después, es cuando ha de comenzar la recapitulación. El fuego sólo tiene un culpable: quien lo comenzó. Pero indirectamente tuvo, en aquella ocasión fatídica, como corresponsables, a los poderes públicos que no estuvieron cuando tenían que estar. Y nos referimos a Wladimiro Rodríguez, que en aquella ocasión, justo en nuestro municipio, y según propia confesión, se entretenía tomando unos vinos con el alcalde en una casa de los altos mientras el fuego se convertía en incontrolable. Es decir, hubo una responsabilidad por parte de las autoridades que pudieron poner los medios para minimizarlo y prevenirlo, pero que no lo hicieron. Fueron responsables los que tenían que estar haciendo frente al fuego desde el primer minuto y no lo estuvieron.Fueron responsables los que ahora presentan, con gran desfachatez y sin mencionar su negativa anterior ni la autoría de la propuesta, las mismas roturaciones que nos rechazaron hace un año.

Ya no se acuerdan de la prontitud de la respuesta del Estado, una muestra más del compromiso que el Gobierno presidido por José Luis Rodríguez Zapatero tiene con las Islas. Sin competencias, el gobierno estatal puso sobre la mesa en el primer Cosnejo de Ministros, tras la prontitud con que la ministra de Medio Ambiente se personó en Canarias de forma inmediata, poniendo a disposición del Archipiélagos los medios precisos para la extinción de los incendios en Gran Canaria y Tenerife, una cantidad de dinero que superaba la dispuesta por las instituciones canarias. Recordemos que en aquella ocasión, el presidente no dudó en alterar su agenda, aun teniendo una importante visita que realizar a Cataluña, para examinar en persona la situación y tomar las decisiones adecuadas, traducidas en el Consejo de Ministros extraordinario celebrado esa misma semana.

Y el colmo de la desfachatez llega hoy, cuando en un acto electoralista, el presidente del Cabildo (y aspirante a senador) se persona en San Juan de la Rambla para presentar una serie de medidas cofinanciadas por el Estado y se atreve a cirticar al Presidente Zapatero por "no haber sido capaz de detectar a quien quemó el monte". ¡Qué desfachatez! ¡Qué cinismo de quienes no dieron cuenta de su tardanza y negligencia a la hora de afrontar la tragedia! ¡Qué caradura de un alcalde de baja ficticia, que defrauda a la Seguridad Social, a las arcas municipales, o a ambas, y que se presta a la bufonada! Cuando una se pone a intentar comprender las actitudes irrespetuosas, crispadas, mendaces y desvergonzadas de estos gobernantes de pacotilla, sólo encuentra una explicación: ni ellos mismos se soportan, ni ellos mismos aguantan sus propias mentiras.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Lo de Manolo Reyes no tiene nombre; ni tiene vergüenza ni dignidad.

Anónimo dijo...

¡Qué lástima! No haber estado en ese acto de pacotilla.Vergüenza les debe dar no hacer caso a las propuestas dignas que en su momento se les hizo a ese simplón grupo de gobierno, y que ahora se las den de emplear nuevas propuestas.¡Pero fuerte "vagañetes" están hechos esos de la CC o de la AIS!Otra vez con las mismas andadas que la vez anterior, ante las elecciones a las alcaldías. Cada vez que aparecen por el pueblo es que tocan elecciones.Y tocan alecciones porque D. Ricardo Melchior aparece por el pueblo.Los otros "cacharrentos" lo único que les importa es sacarse la foto para la portada, que no para "La Portalina". Y si, de cara a la galería, sea la de Los Palomos, la de Vergara,La fuente Pedro o ¡qué se yo!.Estoy harto de tanto "canchanchán" y de tanta "chocallería". Y mientras tanto ésta es la única manera que ven mis ojos de hacer política en esta clase de políticos de retrato.¿Pero hay más maneras de seguir metiendo la "pezuña"?.Si, metiendo el "carcañal" en un balde y restregándolo por "encachazado"
Con música y a modo de Isa canaria... "DE DÓNDE HAN SALIDO ESOS BURROS QUÉ LOS OIGO REBUZNAR; ´PÓNGANLE LA CEBADERA Y MÁNDENLOS PAL PAJAR".