LOS SUEÑOS DE UN ILUSO

Como siempre, no me resisto a publicar en página principal aquellos comentarios que me llegan que me parecen de relevancia, o que simplemente yo podría suscribir directamente, tal y como hago ahora, sin añadir ni quitar nada, tan completo me parece el comentario, tan ilustrativo de la vida de nuestro pueblo. Quisiera que el autodenominado iluso se ilusionara y pensara que sus sueños podrían hacerse realidad... sólo hay que contagiar cada día a alguien, que a su vez contagie a otro, y a otro, y a otro....

Aquí va....

LOS SUEÑOS DE UN ILUSO.
Dicen que uno no es de donde nace sino de donde pace. Me siento sanjuanero, habiendo nacido en otro municipio y como el más normal de los mortales entre mis preocupaciones básicas está, desde hace mucho tiempo, la de contribuir a la economía familiar y cumplir con la hacienda municipal, pagando en tiempo y forma los impuestos del agua, el alcantarillado (?), que así aparece en el recibo, la basura, el rodaje de los vehículos, la contribución y continuar con el gas, la luz, hasta diez gastos más, estos personales, que no relato para no cansar. Y cumplo.
Esto me hace estar satisfecho conmigo mismo, hasta ahora y para conseguir cumplir, mi actividad se limita a través del tiempo a funcionar como un robot, como un bulto robotizado, me levanto todos los días, todos los meses, desde hace muchos años, muy temprano, con el mismo “ring ring”, son las seis menos diez, la misma hora, la misma cafetera y por la misma puerta cada mañana. Ese bulto encontrará la misma actividad de hace ya muchos años, a su lado en la madrugada oscura se mueven más bultos, son vecinos que sin detenerse y con el saludo rápido se dirigen, también como robots sobre raíles, al mismo destino de todas las mañanas. Son otros que asimismo querrán cumplir como yo. Somos muchos, muchísimos, un gran ejército, estoy seguro que muchos de estos valientes soldados han dejado atrás importantes metas, sueños y satisfacciones personales para cumplir con la hacienda municipal en forma de impuestos y ésta nos lo devuelve de la manera que paso a relatar:
- Arreglando el tejado de la ermita de San José que no tiene ni una teja levantada.
- Colocando el cristal a la imagen exterior de la ermita, que está sobre en la puerta que da al escenario, que unos vándalos rompieron hace más o menos un mes en una noche de juerga.
- Dotando de mobiliario y personal cualificado, haciendo así funcionar el centro geriátrico del municipio, que se inauguró hace algunas elecciones atrás.
- Terminando las amplias y funcionales aceras peatonales que tiene todo el barrio de La Vera y su magnífico alumbrado público.
- Rehabilitando el precioso polideportivo de La Vera dotado de vestuarios, ajardinado y un eficaz encargado en exclusiva que cuida de dichas instalaciones.
- El mantenimiento de los parque infantiles y canchas de Las Rosas, La Rambla, Las Aguas, San José y San Juan casco.
- La concesión del Pabellón Municipal de San José, hecho con dinero de todos, a un empresario privado para desarrollar allí su actividad con un gimnasio. Y si tienes un hijo que le guste el baloncesto, fútbol sala, etc., tendrás que pagar por horas (como unos 15 euros) para utilizar el pabellón, favoreciendo así la creación de equipos en nuestro municipio. Pero si no pagas para que tu hijo juegue en el Pabellón Municipal no importa, porque existen aros de baloncesto y porterías disponibles en todos por parques y canchas de los barrios de este municipio.
- En todos los rincones del municipio está muy completa la programación del ocio y el tiempo libre de nuestros jóvenes, tanto en verano como en invierno, hay infinidad de actividades realizadas por personal cualificado del Ayuntamiento.
¡¡ RING, RING!! Abro los ojos y el mismo “ring, ring”, otra vez me despierto, las seis menos diez, la misma hora, la misma cafetera y por la misma puerta se van todos los sueños, todas las metas e ilusiones por tener un municipio mejor.
Quiero soñar y me creo capaz, sé que somos muchos, muchísimos, un gran grupo de valientes votantes, capaces de poder cambiar tanta ineptitud. Por favor ahora ¡que nadie me despierte!
Volveré a soñar, el iluso.