sábado, 8 de marzo de 2008
LA CARTITA (I)
Los vecinos y las vecinas de San Juan de la Rambla hemos recibido una cartita del alcalde. El alcalde está de baja, cobra de todos nosotros sin dar golpe (dicen que está malo de un hombro, será por eso que no quiere arrimar el idem en la casa de donde cobra mensualmente unos emolumentos pingües, que ya quisiera para sí mismo cualquier trabajador del pueblo), pero tiene tiempo para ir a emisoras a ponernos verdes a los socialistas, para servirle de claque a los miembros que su partido que quieren hacer campaña con la nada, para trabajar en su negocio privado, y ahora, rizando el rizo, para escribirnos cartitas a todos los rambleros y todas las rambleras. Cartita que nos avergüenza, cuando no nos indigna, a muchos vecinos y vecinas de San Juan de la Rambla que aún conservamos la vergüenza y el orgullo de ser de este pueblo magnífico, que si alguna vez cometió un pecado, ya lo pagó con creces teniendo como tiene a un grupo gobernante tan pésimo como el que nos ha tocado sufrir. La cartita de marras no tiene desperdicio: con faltas de ortografía, de sintaxis y de puntuación múltiples, no parece digna del sueldo que se gana mensualmente, del dinero de todos, el escribidor que la redactó. Pero el contenido clama al cielo, por mentiroso, artero, insultante y vejatorio. No es cierto, como dice el alcalde en su primer párrafo, que lleve más de veinte años gobernando con mayoría en el pueblo. La primera legislatura gobernó con minoría apoyada en aquel entonces por un concejal de Alianza Popular que bien que se ha arrepentido de tal episodio funesto para el pueblo, como se demostró posteriormente. No es cierto que perder unas elecciones suponga ser despreciado. Esa afirmación sí que es despreciar a los vecinos y vecinas que te dan su confianza, y despreciar el juego democrático que hace que unas veces se gane y otras se pierda, pero siempre en el entendimiento de que toda labor es buena para el pueblo. Poco democrática es esa afirmación, y da buena cuenta del talante del alcalde que asevera tal cosa. Cree el ladrón que todos son de su condición, y eso nos lleva a pensar que él sí que desprecia a la parte del pueblo que no comulga con sus ideas. No es cierto que sus contrincantes políticos sean enemigos del desarrollo del pueblo, y la prueba es el programa electoral que cada fuerza política llevó consigo en mayo de 2007. Lo contrario si que haría honor a la verdad, porque el municipio de San Juan de la Rambla, en la actualidad, no se caracteriza, a nivel insular ni regional, precisamente, por ser adalid de parámetros significativos en aspectos relacionados con el desarrollo. Primeros en desempleo, en diáspora diaria en busca de puestos de trabajo fuera del municipio y de la comarca, en empleo subvencionado, en falta de promoción de comercios y empresas a nivel local, en bajos emolumentos de empleados y funcionarios municipales.... y una larga lista de parámetros que demuestran que el municipio, hoy por hoy, es un municipio abandonado de la mano de sus gobernantes, y sobre el que Dios debería poner su mano, si es verdad que Dios protege a los inocentes.
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2 comentarios:
Ha sido visto don Manuel en las dependencias insulares, de baja, arrastrando los pies, porque está de baja, buscando el despacho de una consejera, de baja.
Se dice por ahí que la decencia también la tiene de baja. Desde hace años.
La verdad que la baja que tiene el alcalde será de lengua porque para trabajar en su cerrajería e ir a medir a particulares a sus casa no le duele el hombro.Que trabaje y se deje de cuentos o si no que le deje la alcaldía a alguien que si se preocupe por este pueblo,como lo es doña Fidela Velazquez
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