MAMOTRETO

¡Qué bien definido! El mamotreto está ahí, desafiante, impidiendo la perspectiva que de la playa de las Teresitas se tiene desde San Andrés. Parafraseando a Ricardo de la Cierva, cuando en 1976 tituló "¡qué error! ¡Qué inmenso error!" aquel artículo donde criticaba el nombramiento que hacía el Rey en la persona de Adolfo Suárez como presidente del gobierno español, lo único que se me ocurría pensar esta mañana era ¡Qué horror!¡Qué inmenso horror!. Porque es horroroso el espectáculo de aquel mamotreto de hormigón que nos agrede cuando pasamos la curva de la Cofradía de Pescadores. Atrás quedó una playa de Las Teresitas, la de mi infancia, de callaos y un poquito de arena, con el laurel majestuoso que nos disputábamos los domingueros con niños y con comida dominical. Fotos mías y de mi hermana de niñas, bajo ese laurel, con familiares y vecinos, todos en bañador, disfrutando de la playa de Santa Cruz, que no era la única a la sazón: la de Ruiz, que no conocí, Los Bidones (creo que era la de San pedro o de San Antonio), Valleseco, Ligrasa.... todas fueron dejando paso a variadas construcciones e instalaciones portuarias que nos fueron arrinconando a los chicharreros de nacimiento o de adopción hacia el Barrio de san Andrés, pescador y marinero, hacia la magnífica playa que al principio era la playa de San Andrés, sin más, y luego pasó a llamarse de Las Teresitas, y posteriormente devino en una playa artificial, magna obra que nos devolvió durante muchos años un espacio de baño y de asueto que nos merecíamos. Y ahora, la rapiña, el pelotazo, la marrullería, el desprecio hacia los ciudadanos y ciudadanas nos hacen presenciar cómo se ejecuta, cómo se consolida, el gran horror de la destrucción de ese entorno día a día, mes a mes. La pregunta es ¿Dónde está el pueblo de Santa Cruz? ¿Cómo ha dejado adormecer tanto su tradicional amor por lo suyo que se deja humillar de esta manera? El "pan y toros" funcionando como un rodillo de veintiún años... Cada vez más oigo expresar, a las personas de buena voluntad, su deseo de abandonar esta isla, por impotencia y por salud mental. Espero que el 9 de marzo los pongamos, a todos ellos, en su sitio.