domingo, 10 de febrero de 2008

ACCIDENTE DE LA GALERIA DE PIEDRA DE COCHINOS

Hoy estuve, estuvimos en Los Silos. Un año ya de aquella noche terrible, donde veintinueve jóvenes quedaban atrapados en un largo túnel de los que atraviesan las entrañas de la isla como si fuese un queso de gruyere, laboriosamente hurados por nuestra gente en busca del más preciado oro líquido para los canarios: el agua. Un año de que se constató la desidia de unos políticos hadarios, que teniendo la responsabilidad en materia de minas no se había, ni se ha, dotado de una legislación específica que complemente a la estatal y que aborde las especificidades de nuestras galerías, y que ni siquiera cumple, a efectos sustitutorios, con la estatal. Seis jóvenes, de lo mejor de nuestra juventud, tristemente desaparecidos, veintitrés lamentablemente afectados de por vida, seis familias destrozadas, no han sido suficientes para que esta administración cocático-pepera haya sido capaz de pedir perdón a las víctimas, a sus familiares y al pueblo tinerfeño en general, y restañar heridas y minimizar el daño para el futuro mediante la aceleración de una ley que al menos simbólicamente, debió presentarse hoy. Descansen en paz los muertos y que los vivos asuman su responsabilidad.

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